El pasado mes de mayo, la Policía informaba de una operación, bautizada, con clara intención, 'Bambalina', en la que los agentes del Grupo de Estupefacientes de la comisaría de Burgos se habían incautado de 33,6 gramos de heroína. Era la primera incautación en Burgos desde el año 2022, cuando durante el desmantelamiento de un punto de venta de droga se aprehendieron de 32,7 gramos de esta sustancia, cantidad muy parecida a la del pasado mayo. En ambos casos se trata de cantidades pequeñas, pero la Policía recuerda siempre que esta droga se vende por micras, por lo con estas cantidades incautadas se podrían haber sacado más de 300 dosis.
El que se distribuya en micras indica, según el jefe del Grupo de Estupefacientes de la comisaría de Burgos, que lleva "aparejada la mezcla" con otras sustancias, habitualmente con cocaína. Y esto, "si cabe, la convierte en más peligrosa. Todas las sustancias aisladas son malas y peligrosas, pero mezcladas todas potencian sus efectos adversos".
La combinación de estas drogas, cocaína y heroína, se conoce con el término inglés 'speedball'. El porqué de esta mezcla radica en que la "heroína es un depresor y la cocaína es un estimulante". Esto puede pasar entre consumidores habituales de cocaína que hayan adquirido tal grado de tolerancia a esta droga y "para conseguir el mismo efecto tienen que ir aumentando la dosis". Cuando se tiene un largo historial de consumo de cocaína "ese aumento de dosis lo que conlleva es un mayor coste". La manera de contrarrestarlo es mezclarlo con heroína. La mezcla potencia los efectos de ambas drogas, "buscar un efecto más rápido, más explosivo". La realidad es que es "muy peligroso", por lo que el peligro de una muerte por sobredosis aumenta.
Lejos está esa imagen de los consumidores de heroína que arrasó en los años 80 del pasado siglo. No obstante, el responsable del Grupo de Estupefacientes de la comisaría de Burgos también apunta que la «heroína sigue siendo igual de peligrosa que en los años 80». En este sentido, la relación entre el consumo de drogas y delincuencia tiene que ver más con el tipo de sustancia que consume el delincuente, que «es múltiple», ya que puede combinar cocaína, alcohol, hachís o heroína.
Lo que tiene claro es que la heroína es una droga residual, ya que desde el año 2022 no se había incautado este tipo de sustancia, más allá de los 4 kilos que se incautaron en el año 2018 en una operación conjunta entre la Policía y la Guardia Civil. Y hay que tener en cuenta que el Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Burgos lleva a cabo entre 10 y 14 operaciones, por lo que si el consumo de heroína «estuviese más extendido nos lo hubiésemos encontrado en las mismas operaciones».
Lo que sí indican las estadísticas del Ministerio del Interior es que en el primer semestre de este año hubo un descenso del tráfico de drogas de más del 50%, aunque estos mismos datos apuntan a que el pasado año se constató la presencia de sustancias inéditas como la eticiclidina (PCE), único alijo incautado en España. O los 3.275 gramos de 2-MMC, el 91,66% del total decomisado a nivel nacionalEL CORREO DE BURGOS.
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