La unidad de plagas del Ayuntamiento de Burgos contabiliza algo más de un centenar de actuaciones vinculadas al control de roedores y aproximadamente 3.300 capturas de palomas, la mayoría de ellas torcaces, que son las que más daño causan a la ciudadanía. Estos son los datos que ha transmitido el concejal de Medio Ambiente y Sanidad, Carlos Niño, en la comisión municipal de su área para defender el trabajo que se realiza desde el ámbito municipal.
Las explicaciones han venido motivadas por las quejas de varios hosteleros y comercios del centro por la presencia de ratas, así como por las críticas transmitidas, a este respecto, desde el grupo municipal socialista. El viceportavoz del PSOE, Josué Temiño, reclamó hace unos días más medios humanos para el control de plagas con trabajadores municipales e instó al equipo de Gobierno a contratar a empresas, con contratos menores, si no llegan con medios propios «porque el problema sigue estando ahí».
El edil ha dejado claro que no existe «ninguna plaga por roedores» y se basa en las quejas transmitidas por particulares a través de los medios de participación ciudadana (010). Según indica, las protestas transmitidas por este asunto han crecido ligeramente este 2025, pero apenas representan el 3,5% sobre el total de quejas que recibe el Ayuntamiento de Burgos. «Las quejas rondan entren el 2,5 y el 3,5 y este año se acerca más al 3,5, pero no son incrementos que podamos decir que es una cosa como para determinar que haya más incidencia en ese sentido, porque varias quejas son repetidas», concretaba en rueda de prensa.
Desde la unidad de plagas, que en este momento cuenta con dos trabajadores, se actúa en el control de roedores colocando un producto rodenticida que es un tipo de anticoagulante en el alcantarillado y en las redes públicas subterráneas, pero nunca en la vía pública por los riesgos que podría conllevar, según explica Niño.
El problema con el que se encuentran en el área de Sanidad es que muchas quejas están relacionadas con la presencia de roedores que provienen de solares abandonados o edificios en malas condiciones de conservación que son propiedades particulares en las que no puede actuar desde el ámbito municipal. En esos casos, son los propietarios los que tienen que controlar las condiciones de salubridad y, por tanto, contratar empresas privadas de control de plagas para evitar que lo que hay en el interior pueda causar problemas en el entorno. Además, explica Niño que la unidad de plagas suele actuar en los alrededores de esas propiedades para reforzar, como ha dicho antes, a través de la red de alcantarillado.
EL CORREO DE BURGOS,

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