Con menos alboroto en el entorno del que se prepara los jueves con el Tablero y un público dispuesto, entregado, sin estridencias, y ávido por dejarse mecer por la música y por descubrir nuevos nombres y sonidos, las sillas colocadas en el patio central del Hospital del Rey se fueron llenando. Ninguna sorpresa. La primera cita de los Conciertos Jacobeos, la propuesta de la Universidad de Burgos y la Fundación Caja de Burgos para los tres martes de julio que quedan, arrancaba con el cartel de entradas agotadas. La artista ucraniana Ganna Gryniva había despertado la curiosidad entre los asiduos de este ciclo nacido al paso de la ruta jacobea y ya un imperdible de la agenda capitalina estival. Este año se aupaba con novedad. Las obras en la iglesia han obligado a mudarse del Patio de Romeros al central de este antiguo sanatorio de peregrinos, pobres y transeúntes. El programa estrenaba marco. Otro aliciente para asomarse a él. Entre estas piedras milenarias sonó poderoso el el...