150 toneladas de alimentos, agua y utensilios es el saldo solidario de Burgos ante la catástrofe provocada por la DANA en varias localidades de Valencia. Esa es la cantidad de ayuda que, canalizada por el Ayuntamiento de Burgos, lograban reunir ciudadanos y empresas, volcados todos con la causa, en apenas una semana de frenética actividad.
La edil Milagros del Campo, como responsable de Voluntariado, hacía un balance más que satisfactorio de la respuesta de los burgaleses a la llamada de emergencia lanzada por el Consistorio, que quiso agradecer, tanto en términos generales, como a título particular con nombres y apellidos de implicados que hacían posible la puesta en marcha de un operativo que se 'traducía' en 300 palés.
Del Campo detalló que, iniciada la campaña el 31 de octubre, se abrían seis líneas de coordinación. Así, mientras desde Alcaldía se gestionaba la acción "logística a gran escala" con la colaboración de varias compañías de transporte, la Oficina de Voluntariado se encargaba de captar colaboradores desinteresados para recibir y organizar la ayuda en los cuatro puntos habilitados. "Superamos el millar con rapidez y hubo que cerrar la petición porque era imposible movilizar a tal volumen de gente", indicaba la concejal.
Además, se trabajó con distintas asociaciones, con el soporte de Protección Civil, y se contactó con particulares que ofrecían su apoyo o instalaciones, lo que elevó el número de voluntarios a 1.500. El personal de los cívicos colaboró "reportando incidencias y necesidades" y se hizo un gran esfuerzo en el ámbito de la comunicación, pues los anuncios sobre el tipo de material que se precisaba fue cambiado a lo largo de la semana y era preciso difundirlo. "Las redes sociales han sido nuestro altavoz", destacaba Del Campo.
Al dispositivo general se sumaban los desplazamientos específicos de Bomberos y el GREM, la guinda 'profesional' a una "explosión de solidaridad" burgalesa que superaba todas las previsiones. "Pensábamos llenar los cívicos durante el fin de semana y tener varios días para organizar el material, pero a las dos horas ya no cabía más y hubo que adaptarse", indicaba la edil, para señalar como complicaciones la proliferación de iniciativas particulares que dificultaban la coordinación, la continua modificación de las necesidades en la zona y la aparición de informaciones contradictorias, "que teníamos que atajar a través de redes sociales".
No se ha podido desplazar todo lo recabado a Valencia, a petición de los ayuntamientos y lo que aún falta por enviar aguarda su turno en el parque de maquinaria de la Junta de Castilla y León. Partirá rumbo al levante "cuando desde allí nos trasmitan la necesidad, pues ahora no son capaces de absorber esta ola de ayuda no solo de Burgos, sino de municipios de todo el país", apostilló Del Campo.
EL CORREO DE BURGOS
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