Es un misterio tecnológico. O administrativo. O las dos cosas. Nadie sabe muy bien por qué, pero hay tres portales de la barriada Juan XXIII que no tienen fibra óptica mientras todos los edificios vecinos cuentan desde hace años con esta tecnología. Los números 16, 17 y 18 de las también conocidas como ‘Mil viviendas’ se han quedado atrasadas. Sus vecinos, y también los negocios que ocupan los bajos, tienen que recurrir a los datos de sus móviles o al ADSL para poder trabajar estudiar o trabajar en remoto. «Hasta donde yo sé, son los tres únicos portales de todo el entorno que no tienen fibra», explica Roberto García, vecino del entorno. «A mí me consta que se ha solicitado a alguna operadora, al menos en dos de esos portales, y no se nos contesta. Esto ocurrió hace un mes o mes y medio y no sabemos por qué no podemos tener esa tecnología», lamenta. El ADSL permite una conexión mínima, pero no resulta operativo cuando hay que mover grandes cantidades de datos o cuando se necesita un